ED/ Héctor Rojas
Los maestros mexicanos de secundaria pública con más de 15 años de servicio tienen el segundo mejor sueldo de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), sólo debajo de Corea del Sur y por encima de países como Alemania, Portugal, España y Suiza.
“Los maestros en México, en términos generales, tienen un salario proporcionado al de sus pares en otros países; no sólo el 82 por ciento de ellos se identifica como perteneciente a la clase media (UPN, 2011), sino que efectivamente sus sueldos oficiales rebasan el PIB per capita nacional”, asegura el estudio Metas Estado de la Educación en México 2011, realizado por la asociación civil Mexicanos Primero.
“Las prestaciones que gozan los maestros del sistema público exceden notablemente las de la normativa común a los demás trabajadores del país”, subraya el documento.
Sin embargo, el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, desanimó a los estudiantes a inscribirse a las escuelas normales, pues aseguró que “no hay plazas suficientes“.
El estudio citado hace referencia a la importancia de tener “requerimientos altísimos” para que los aspirantes sean aceptados en las escuelas normales, así como mantener un sistema de concurso de plazas y un programa de estímulos docentes.
Al respecto, la asociación civil Por la Educación entregó en noviembre pasado una propuesta de ley al Senado de la República para crear un Servicio Profesional del Magisterio que agrupe gradualmente a la totalidad de los profesores, directores de escuela, supervisores y jefes de departamento.
La propuesta coincide con los señalamientos que contiene el estudio Metas, al señalar que “la asignación, el pago y las ofertas de formación para los maestros no los consideran en su individualidad como profesionales, sino que fueron diseñadas para pactar gobernabilidad y apoyo político, no para servir a la educación del pueblo“.
Esta visión de considerar a los profesores como una “masa” que debe ser “instruida“, ha sido criticada por diversos especialistas al señalar que esa política pública va en detrimento del valor del maestro como un profesional del conocimiento.
Metas también concluye que “el libro de texto gratuito tuvo un efecto colateral indeseado, pero muy poderoso: la consigna para los maestros fue convertirse en expositores y comentaristas de un texto que otros escribieron, inhibiendo su autoridad personal, su capacidad de innovación y de buscar fuentes y actividades paralelas”.
Este mecanismo escolar de exposición de datos genera la necesidad en el docente de terminar los libros, y si a esto se le suma que la prueba ENLACE es la clave para ascender en la carrera de los maestros tenemos un cuerpo docente acotado, dice Mexicanos Primero en el estudio.
__________
